Nueva Zelanda es uno de los países más particulares de la tierra. Los maoríes, como así se autoproclaman muchos neozelandeses, son una de los pueblos primigenios más conocidos, debido gran parte a su rica cultura, siendo uno de los mayores reclamos del país. La impronta de los aborígenes de Nueva Zelanda va más allá de lo coyuntural, siendo esta parte indisoluble de su génesis fundacional.
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Origen.
Como casi siempre que queremos desentrañar los orígenes de estos antiquísimos pueblos, nos damos de bruces con una realidad esquiva. Se cree que llegaron a las islas de Nueva Zelanda desde Rarotonga o Tangatapu. Estas migraciones comenzaron en el siglo X y concluyeron el siglo XIV, también provenientes de la Polinesia Oriental. Se cree que fueron los primeros pobladores de la isla. Entre ellos se contaba una leyenda que rezaba que sus antepasados provenían de una mágica y misteriosa isla llamada Hawaiki.
Dónde están o estaban situados.
Pueblo fiero y desafiante, que nunca se doblegó ante el invasor. Por eso, y también por la tardía colonización del país, los maoríes siguen siendo un grupo con bastante representación en el país. Más de dos tercios viven en las ciudades de Nueva Zelanda, perfectamente integrados en la sociedad, pero sin dejar de lado sus orígenes. Se ubican sobre todo en la isla norte, llegando a representar a un 14% de la población. Desde los años 80 Nueva Zelanda vela por la preservación de sus derechos e identidad.
Religión de los aborígenes de Nueva Zelanda.
No fue hasta principios del siglo XIX, cuando muchos maoríes se entregaron con devoción a la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia católica. Antes de la llegada de los europeos cultivaron su propio credo, que a fecha de hoy sigue también presente, en una extraña y singular, pero muy curiosa, confluencia con el catolicismo.
La sociedad maorí era profundamente aristocrática, dividiéndose en tribus que a su vez se subdividían en otras tribus. El ariki rangi era el jefe de la tribu, al que se consideraba un representante del cielo. Los tohunga eran los sacerdotes y expertos practicantes de las artes más variopintas, incluidas las mágicas.
Su religión tenía claros tintes animistas y chamánicos, y aunque sea algo que se trata de velar de constantemente y de lo que se enorgullecen, practicaban el canibalismo.
Tradiciones o modo de vida.
Los maoríes cazaban y cultivaban la tierra.
La moa, una especia de ave paleognata ya extinta, era un recurso muy preciado que cazaban usando ingeniosas trampas. También recurrían a los recursos que les regalaba el mar, fabricando sus propias redes y anzuelos.
También incluían muchos vegetales y raíces en su dieta. La patata dulce o kumara, que viene siendo lo que en Europa se conoce como batata, fue también parte importante de su alimentación.
Curiosidades.
La historia de los aborígenes de Nueva Zelanda o Maoríes es probablemente única en la historia de la colonización. Los maoríes nunca llegaron a ser sometidos por los ingleses, nunca los vencieron, y su legado da buena cuenta de ello. En señal de arrepentimiento ante las contiendas llevadas a cabo en la isla, los ingleses, decidieron compensar a los maoríes regándolos de riquezas, que emplearon astutamente en apuntalar su cultura, construyendo para ello escuelas donde en la actualidad se enseña la lengua maorí.
Como ya dijimos, fue uno de los últimos países colonizados, además de ser probablemente el último país poblado, lo que le convierte en el país más joven del mundo. 800 años, que en términos históricos es un ratito.